miércoles, 26 de octubre de 2011

En el medio

El cuento de las Bolas de Cristal

Así como Sherazada logró encantar al rey por mil y una noches contándole historias maravillosas, el pasado lunes, Alejandro Manrique nos atrapó revelándonos El arte de escribir. A través de su ponencia y de sus ejemplos, el jefe del servicio en español de la Associated Press nos demostró a los alumnos del Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca que, como dice García Márquez, escribir bien consiste en encantar al lector.

Alejandro Manrique nos contó la historia de los escritores hechiceros y de cómo hace muchos años estos estaban divididos en escalas sociales. En la cima se encontraban los brujos novelistas, con el poder de crear mundos maravillosos en los cuales los lectores quedaban atrapados. En segundo lugar, los magos ensayistas que no contaban con tanto poder como los novelistas, pero aún así eran capaces de tele transportar a los lectores a otros lugares para que los conocieran. Finalmente, hasta abajo se encontraban los gitanos reporteros que apenas eran capaces de atraer a los lectores con sus trucos de adivinación. Consistían simplemente en conocer el mundo al que pertenecen los lectores y revelárselos.

Un día, este orden social entre los hechiceros se vio alterado. Los gitanos reporteros encontraron la forma de encantar a los lectores. Surgió el periodismo literario, la bola de cristal. La bola de cristal, a diferencia del tarot la lectura de mano y otras formas de adivinación, le muestra y no sólo le dice al lector lo que hay en su mundo. Pero este al igual que otros trucos, tiene sus reglas y sus métodos para que el lector lo encuentre verdaderamente mágico.

En primer, lugar el cristal de la bola debe ser muy claro. Tiene que ser posible la visión de la realidad del lector y este debe poder reconocerla por medio de hechos que demuestren la veracidad de esta visión. La maravilla de la bola de cristal es que el lector es capaz de ver su propio mundo desde otra perspectiva y de conocer aspectos nuevos de este.

Por otro lado, se trata de una bola de cristal y no de una ventana, por lo que el gitano puede hacer uso de la magia de los recursos literarios para hacer de la visión que muestra la bola un viaje maravilloso como los que ofrecen los otros escritores hechiceros. La visión debe de ser lo suficientemente detallada como para que el lector se sienta dentro de ella. Las imágenes que muestra la bola deben ser suaves y rítmicas como la trayectoria de una alfombra voladora.

Finalmente, el gitano reportero debe ser muy hábil para elegir lo que su bola de cristal va a mostrar. No se puede mostrar todo de golpe porque entonces se pierde la claridad de la visión y el lector no logra comprender que es lo que se le está mostrando. El reportero debe tener conocimiento de los hechos del mundo del lector para jerarquizarlos y mostrárselos poco a poco, logrando así que este los comprenda, los viva y se sorprenda.

Por si aún quedaban escépticos al poder de la bola de cristal, Alejandro Manrique sacó la bola que le pertenece al hechicero Gabriel García Márquez. Por medio de la lectura, nos llevó al momento en que el padre y Villamizar viajan a la villa para que el sacerdote se encuentre después con Pablo Escobar en Noticia de un secuestro. Así, haciéndonos vivir el momento, Manrique nos demostró el arte de encantar al público con el periodismo literario, con la mágica visión de la bola de cristal.

Su conferencia nos mostró lo mágico y poderoso que puede ser mostrarles a los lectores su propio mundo. La magia consiste en hacer del viaje algo maravilloso, algo que los asombre y los atrape, como lo logran los gitanos con sus bolas de cristal.

1 comentario:

  1. Me gusta cómo usa la metáfora de Sherezada, que más bien sería "Sherezado". Es un buen texto, creativo. Me parece que hay unas faltitas de ortografía por ahí.

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