Una persona del teatro
En sus inicios la palabra persona se utilizaba para designar a la máscara de teatro en las representaciones de las tragedias griegas. Poco a poco el uso del término se fue transformando, designando después a cualquier personaje en una obra, al actor, hasta llegar a ser el nombre dado a cualquier ser humano representando un papel en la vida. Tratándose de Mariana Alcalá, la palabra sigue estando muy cerca de sus raíces.
“¡Guau! Y yo que creía que al estar tras bambalinas dejaba de representar papeles, creo que nunca podré bajarme del escenario.” La productora ríe mientras se reclina en su silla de escritorio. Nos encontramos en el estudio de su casa en Cuernavaca. Ella lleva puesto unos jeans, una playera morada y tenis. Le da un trago a su limonada con hielos mientras recuerda sus días de prepa y las primeras presentaciones de la semana cultural en el Tec.
– ¿Le cuesta mucho trabajo creerlo? Lleva más de veinte años poniendo su trabajo y dedicación en un escenario. Ya sea como bailarina, actriz o en la producción.
–No cuesta trabajo saber cuánto tiempo llevas haciendo algo, digo, los años pasan. Lo difícil es reconocer la trascendencia que una actividad simple como una audición para un grupo de teatro escolar, puede llegar a tener en tu vida. Regresando a esos años nunca me hubiera imaginado aquí, sentada contigo, siendo entrevistada.
Mariana Alcalá funge como Productora en distintas puestas en escena de Grupo OCESA. Su trabajo ha permitido traer las obras más exitosas y reconocidas del mundo a México, con un nivel de calidad óptimo permitiendo así, el resurgimiento del teatro en nuestro país.
“A mí muchas veces me molestaba el no poder disfrutar de una obra o un musical tan seguido como podía disfrutar del cine. Platicabas con los amigos de una obra o de haber ido al teatro y siempre era motivo de sorpresa porque no era algo que se hiciera seguido. Aunque la pantalla grande impacta e incluso absorbe nuestra atención, no hay experiencia comparable a la de presenciar un espectáculo en vivo.” Mientras habla, se queda observando un retrato en pasteles de ella y su esposo. Se da cuenta de que como siempre, desvía la mirada a otro lado cuando habla, y se disculpa. “No sé porque no puedo concentrarme cuando veo a alguien escuchándome atentamente, creo que eso me servía para no ponerme nerviosa al decir las líneas en las obras y no salirme de la situación del personaje.”
–¿ Y si era algo que se le facilita, por qué no seguir actuando?
–Porque siempre me ha gustado tener mayor control sobre todo. No iba a conformarme con sólo manejar el desarrollo de un personaje cuando puedo amoldar la visión completa de la obra eligiendo el vestuario, la iluminación y la escenografía.
–¿Controlarlo todo? ¿No resulta eso demasiado ambicioso y difícil?
–Tal vez, pero para mí el objetivo es poder transmitirle al espectador la verdadera esencia de la obra, el por qué de su existencia y lograr que se sienta identificado. Hasta ahora la única forma que conozco para hacer esto es transmitiendo lo mejor posible la conexión o la influencia que la obra tiene en mí.
Entre las obras que Mariana ha producido se encuentran adaptaciones de películas y musicales que ella vio y admiró en su infancia y adolescencia como Sweeney Todd, La Bella y la Bestia, Nine y Cabaret; así como la puesta en escena de obras en las que alguna vez ella actuó como Destino Gritadero y Falsa Crónica de Juana la Loca.
“Mi esposo hasta la fecha me molesta haciéndome burla de los diálogos o los movimientos que había en mis obras de la universidad. Me impresiona que se acuerde de tantos detalles y el dice que cómo no hacerlo si cuando tengo una obra, hablo de ella todo el tiempo.” Bromeando, acepta que es así y le da otro trago a la limonada en la que ya no hay ni un solo hielo. Se levanta para abrir una ventana y regresa a su asiento.
–Entonces, ¿es usted de las mujeres que se lleva el trabajo a casa?
–Aunque quisiera, no puedo llevarme el teatro a mi casa, pero siempre me ha servido comentar acerca de lo que estoy haciendo con las personas que mejor me conocen. Sus opiniones me ayudan a mejorar mi trabajo y a tener nuevas ideas de cómo expresar las cosas y visiones que amplíen la mía.
–Dentro de sus visione en cuanto al teatro en México, ¿qué cree que haga falta?
–¡Uy! Faltan muchísimas cosas. El teatro en nuestro país sigue sin ser una forma de entretenimiento tan accesible como lo son la televisión o el cine. Además no contamos con suficientes escuelas para formar a las personas con talento y aún no existen premios ni instituciones especializados en reconocer lo mejor del teatro mexicano.
Mariana Alcalá inició en el teatro en el Grupo Representativo de Teatro del Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y posteriormente decidió especializarse en Producción Teatral. Siempre le llamó la atención el hecho de que varias formas de entretenimiento desaparecieran al surgir nuevas tecnologías. Sin embargo, el entretenimiento en vivo es algo que sigue siendo especial y vigente. “No se vive igual una historia o una relación a través de una pantalla, que sintiendo la emoción recorriendo tus poros. No puedes amar lo que no puedes tocar.”
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