lunes, 8 de marzo de 2010

Una Escritora de Alta Tensión

“No es un decir, es un hacer. Es un hacer que es un decir.” esta frase del poeta y ensayista mexicano, Octavio Paz, habla del peso que tiene la palabra en realidad. En este poema, Decir, hacer, el escritor habla de todo lo que puede expresarse utilizando las palabras y la poesía. Se expresan sueños y sentimientos, pero también ideas y realidades. Para Alma Karla Sandoval, este poema es una verdad.

“Las palabras pesan tanto como los hechos, al menos para quien el lenguaje tiene peso.” Son las tres de la tarde. Karla está sentada al frente del salón. Con la mirada, nos desafía a ser quien haga la siguiente pregunta. Quiere hacer de sus alumnos unos expertos en la entrevista. Se ve cómoda, relajada. Nunca la he visto dar clase detrás del escritorio. A ella no le gustan las máscaras, así que no se pone el disfraz de maestra, y conversa con nosotros como con cualquier otra persona.

–¿Qué prefieres, la poesía o el periodismo?

–Las dos cosas. ¿Quién dijo que no se puede mezclar la realidad con la ficción? Los escritores que se han formado reporteando son una raza invencible de escritores. La lista de personas que se han dedicado a las dos cosas es inmensa, nunca acabaría. Yo creo que la realidad es aquello que los separa, y la ficción, aquello que los une. En periodismo la ficción está en el estilo, la elegancia, la pulcritud y la originalidad para dar la noticia. Se nota, es muy, muy evidente; por eso yo insisto en la formación literaria del reportero.

Alma Karla Sandoval es egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y la Escuela Nacional de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México. Es Experta en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera por la Universidad Complutense de Madrid y tiene una Maestría en Literatura. Actualmente es profesora de cátedra en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Cuernavaca. Ha publicado los poemarios “Muelle insomne” (1997), “Corredor de las Antorchas” (2000), “Todo es edad” (2003) y “Estacionamiento de avestruces” (2006) y “La Misma Escarcha” (2009). Además es colaborada de La Jornada de Morelos y articulista del semanario Maseual.

“La pasión es fundamental. ¿De qué sirve vivir si nos vas a sentir el viento?” Entre risas, citas a otros autores e historias, la entrevista sigue. El medio a preguntar se fue. Ahora levantamos la mano, nos peleamos por ser el siguiente en preguntar. Karla disfruta esto sonríe mientras sigue respondiéndonos y alimentando nuestra curiosidad.

–Pero, ¿qué hay de tu vida personal, quién es Alma Karla además de la poeta, reportera y maestra?

–Estamos acostumbrados a que exista esa separación entro lo laboral y lo personal. Yo no lo separo. No me gustan las máscaras. Cuando estoy escribiendo, soy hija, soy hermana, soy amiga, soy pareja. Siempre soy Karla y no cambio dependiendo de qué haga o con quién esté.

– ¿Crees que la pasión se acaba?

–No, creo que una eres una persona de alta tensión, tarde o temprano la pasión acaba contigo.

–En De este Mester de Chismosos, Alma Guillermoprieto relata que hubo un momento en que sintió la pasión por el periodismo y dijo: ¡Quiero estar ahí! ¿Cuándo fue ese momento para ti?

–Siempre, yo siempre quise estar ahí. Cuando tenía como siete u ocho años estaba viendo la televisión después de hacer la tarea y vi al Tío Gamboín leyendo las cartas de los niños. Entonces, fui solita, lo guardé como un secreto obscuro, y le escribí. Semanas después, estaba viendo la televisión y el Tío Gamboín dice: “Nos escribe Alma Karla Sandoval desde Morelos. Muy bonita tu carta, Alma Karla.” Mi mamá lo escuchó y no lo podía creer. Desde entonces siempre busqué participar en los Consejos de Niños para los que el gobierno manda convocatorias. Siempre me he salido con la mía, lo digo no con presunción, sino con sorpresa.

Alma Karla ha sido ha sido becaria del Instituto para la Cultura y las Artes de Morelos y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes - FONCA. Miembro de los talleres de Dolores Castro, Verónica Volkow y Saúl Ibargoyen. También fue becaria del gobierno de mexicano en convenio con el ICETEX dentro del programa Maestría en Literatura de la Universidad Javeriana en Colombia.

“La crítica es fundamental. No hay arte sin conflicto. Sé que hay que irse con cuidado, pero me niego a “escribir bonito”.” Karla nos comenta la importancia de denunciar lo que ocurre a nuestro alrededor y la importancia de no tener miedo y de no conformarnos. Nos invita convertirnos en agentes de cambio.

–¿Porqué consideras el periodismo crítico como algo importante?

–El mejor apoyo es la crítica. Hay que criticar todo, y aunque no quieras, tú critica. Los mexicanos somos muy condescendientes, muy conformistas. Hay que criticar. Pero sin destruir, o destruir para levantar. Todo, absolutamente todo, tiene un valor positivo. El buen crítico es el que lo sabe.

–Entonces, ¿consideras que la crítica es la mejor forma de lograr un cambio?

–Tenemos que cambiar este país. Estoy convencida de que la única forma de cambiarlo es con la educación y con el arte. También hay que sacar a la gente de sus casas. Creo que depende de nosotros, hace falta más colectivo, más movimientos ciudadanos. No hay que esperar a que el gobierno lo haga, que salga de nosotros. Yo no sé que espera este país para reaccionar, a lo mejor necesita que le den más duro. Creo que lo que nos aísla es la cultura de la nueva tecnología y los medios. No los satanizo, pero hay que salir, buscar ideas. Y hay creatividad, ustedes están chavos. El problema es que se quieren ir, hay fuga de cerebros. Está bien que se vayan, pero regresen a trabajar por su país.

Roberto Bolaño establece que “la verdadera literatura es la que mete la cabeza en lo oscuro”. Alma Karla Sandoval está de acuerdo con este autor al que admira y por eso sigue escribiendo, sigue reporteando y sigue dando cátedra. “La literatura nos enseña valor, y sin valor no se puede hacer nada.”

martes, 2 de marzo de 2010

Semblanza

Esta es la semblanza de lo que un día puede ser y en la que está basada la anterior entrevista....

Mariana Alcalá Bolio nació en la Ciudad de México el 26 de septiembre de 1989. Vivió la mayor parte de su infancia ahí, pero justo antes de cumplir once años, se mudó con su mamá y sus hermanas a Cuernavaca. Después de terminar la primaria y la secundaria, Mariana ingresó al programa de Preparatoria Bicultural en el Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca.

Desde entonces, comenzó a interesarse por las materias de Humanidades, así como por el baile y el teatro. Además pudo perfeccionar su Inglés y aprender Francés.
A los 18 años, Mariana empezó a estudiar Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el mismo campus. Entonces, comenzó a involucrarse más en actividades culturales, de liderazgo estudiantil, festivales e incluso un programa de radio en línea. Formó parte durante los cuatro años de su carrera del Grupo Representativo de Teatro. Esto le permitió conocer las obras de muy distintos autores y participar en varias puestas en escena.

Al terminar su carrera, decidió especializarse en Producción Teatral en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA en la Ciudad de México. Hoy, con quince años de carrera, funge como Productora en distintas puestas en escena de Grupo OCESA entre las que destacan musicales como Sweeney Todd, Nine, La Bella y la Bestia y Cabaret y las obras Destino Gritadero y Falsa Crónica de Juana la Loca. También ha participado en montajes en distintas ciudades como Sao Paulo, Buenos Aires, Madrid y Bogotá. Su trabajo ha seguido los pasos de productores como Morris Gilbert trayendo las obras más exitosas y reconocidas del mundo a México, con un nivel de calidad óptimo permitiendo así, el resurgimiento del teatro en nuestro país.

lunes, 1 de marzo de 2010

Entrevista Ficticia

Una persona del teatro

En sus inicios la palabra persona se utilizaba para designar a la máscara de teatro en las representaciones de las tragedias griegas. Poco a poco el uso del término se fue transformando, designando después a cualquier personaje en una obra, al actor, hasta llegar a ser el nombre dado a cualquier ser humano representando un papel en la vida. Tratándose de Mariana Alcalá, la palabra sigue estando muy cerca de sus raíces.

“¡Guau! Y yo que creía que al estar tras bambalinas dejaba de representar papeles, creo que nunca podré bajarme del escenario.” La productora ríe mientras se reclina en su silla de escritorio. Nos encontramos en el estudio de su casa en Cuernavaca. Ella lleva puesto unos jeans, una playera morada y tenis. Le da un trago a su limonada con hielos mientras recuerda sus días de prepa y las primeras presentaciones de la semana cultural en el Tec.

– ¿Le cuesta mucho trabajo creerlo? Lleva más de veinte años poniendo su trabajo y dedicación en un escenario. Ya sea como bailarina, actriz o en la producción.

–No cuesta trabajo saber cuánto tiempo llevas haciendo algo, digo, los años pasan. Lo difícil es reconocer la trascendencia que una actividad simple como una audición para un grupo de teatro escolar, puede llegar a tener en tu vida. Regresando a esos años nunca me hubiera imaginado aquí, sentada contigo, siendo entrevistada.

Mariana Alcalá funge como Productora en distintas puestas en escena de Grupo OCESA. Su trabajo ha permitido traer las obras más exitosas y reconocidas del mundo a México, con un nivel de calidad óptimo permitiendo así, el resurgimiento del teatro en nuestro país.

“A mí muchas veces me molestaba el no poder disfrutar de una obra o un musical tan seguido como podía disfrutar del cine. Platicabas con los amigos de una obra o de haber ido al teatro y siempre era motivo de sorpresa porque no era algo que se hiciera seguido. Aunque la pantalla grande impacta e incluso absorbe nuestra atención, no hay experiencia comparable a la de presenciar un espectáculo en vivo.” Mientras habla, se queda observando un retrato en pasteles de ella y su esposo. Se da cuenta de que como siempre, desvía la mirada a otro lado cuando habla, y se disculpa. “No sé porque no puedo concentrarme cuando veo a alguien escuchándome atentamente, creo que eso me servía para no ponerme nerviosa al decir las líneas en las obras y no salirme de la situación del personaje.”

–¿ Y si era algo que se le facilita, por qué no seguir actuando?

–Porque siempre me ha gustado tener mayor control sobre todo. No iba a conformarme con sólo manejar el desarrollo de un personaje cuando puedo amoldar la visión completa de la obra eligiendo el vestuario, la iluminación y la escenografía.

–¿Controlarlo todo? ¿No resulta eso demasiado ambicioso y difícil?

–Tal vez, pero para mí el objetivo es poder transmitirle al espectador la verdadera esencia de la obra, el por qué de su existencia y lograr que se sienta identificado. Hasta ahora la única forma que conozco para hacer esto es transmitiendo lo mejor posible la conexión o la influencia que la obra tiene en mí.

Entre las obras que Mariana ha producido se encuentran adaptaciones de películas y musicales que ella vio y admiró en su infancia y adolescencia como Sweeney Todd, La Bella y la Bestia, Nine y Cabaret; así como la puesta en escena de obras en las que alguna vez ella actuó como Destino Gritadero y Falsa Crónica de Juana la Loca.

“Mi esposo hasta la fecha me molesta haciéndome burla de los diálogos o los movimientos que había en mis obras de la universidad. Me impresiona que se acuerde de tantos detalles y el dice que cómo no hacerlo si cuando tengo una obra, hablo de ella todo el tiempo.” Bromeando, acepta que es así y le da otro trago a la limonada en la que ya no hay ni un solo hielo. Se levanta para abrir una ventana y regresa a su asiento.

–Entonces, ¿es usted de las mujeres que se lleva el trabajo a casa?

Aunque quisiera, no puedo llevarme el teatro a mi casa, pero siempre me ha servido comentar acerca de lo que estoy haciendo con las personas que mejor me conocen. Sus opiniones me ayudan a mejorar mi trabajo y a tener nuevas ideas de cómo expresar las cosas y visiones que amplíen la mía.

–Dentro de sus visione en cuanto al teatro en México, ¿qué cree que haga falta?

–¡Uy! Faltan muchísimas cosas. El teatro en nuestro país sigue sin ser una forma de entretenimiento tan accesible como lo son la televisión o el cine. Además no contamos con suficientes escuelas para formar a las personas con talento y aún no existen premios ni instituciones especializados en reconocer lo mejor del teatro mexicano.

Mariana Alcalá inició en el teatro en el Grupo Representativo de Teatro del Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y posteriormente decidió especializarse en Producción Teatral. Siempre le llamó la atención el hecho de que varias formas de entretenimiento desaparecieran al surgir nuevas tecnologías. Sin embargo, el entretenimiento en vivo es algo que sigue siendo especial y vigente. “No se vive igual una historia o una relación a través de una pantalla, que sintiendo la emoción recorriendo tus poros. No puedes amar lo que no puedes tocar.”